Eso, nada, hoy debería estar publicando el número dos de Sombras, y acá estamos, no hay nada. Bah, hay bastante, pero falta bastante también, arrancó bravísimo el año y me viene cagando a bollos parejo un día sí y otro también. Pero qué se le va a hacer loco, a veces es así, no se puede estar siempre bien, no sería justo. Me la juego que para mi cumpleaños va a estar listo, que es en 12 días, si me mato llego, pero tengo para matarme con muchas otras responsabilidades también, así que veremos con cuál me mato primero. Y lo cuento acá, primero porque estoy seguro que nadie se toma la molestia de leerlo, y segundo, porque justamente por eso, este espacio se ha convertido en una especie de vitácora moderna en la que descargar mi frustración. Lo que más disfruto en la vida, después del tiempo con mis cachorros, es dibujar mi comic, es mi cable a tierra, mi terapia, lo que me mantiene cuerdo. Pero este mes las cosas se pusieron ásperas, comenzó el ciclo lectivo como un huracán, y me arrasó con los lienzos bajos, no puse ni las manos, y sin que me diera cuenta, ya tenía cuatro o cinco putes más en puerta esperando su turno para desflorarme el ojete. Pero como siempre digo, ya me levanto, y cuando me levanto vengo con envión, sólo el tiempo dirá si la pago yo de nuevo o si se la pude devolver al que le toca. Por mis hijos que no le aflojo. Por mis hijos que no me dejo. Por mis hijos que me levanto. Por mis hijos que ya vuelvo.
Sombras Nº 2, muy pronto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario